No todos los días amanecen con el mismo entusiasmo con el que quisiéramos. De hecho, mañanas como la que tengo en este momento no son tan extrañas como desearía y no por eso afectaran mi desempeño o mi estado de animo cada hora del día. Pero no puedo negar que hoy he amanecido con temor y que esté en ocasiones no lo puedo explicar. Simplemente, te levantas “así”. Con un incomodo sentimiento sin importar si se trata de un día soleado, nublado, frió o lluvioso. 

En tiempos como éste, me ha funcionado repetirme una y otra vez la siguiente frase “Yo estoy bien, todo está bien” “Yo estoy bien, todo está bien”.

Espero que este sencillo pensamiento positivo sea de ayuda frente a días como estos.