Un maniquí jalando a otro con sus manos, memoria del apretón de manos.

¡Prepárense para una historia de confusión y momentos incómodos! Permíteme contarte la divertida anécdota de cuando me encontré con un maniquí en una tienda y, en un arranque de espontaneidad, decidí saludarlo con un apretón de manos.

Todo comenzó mientras recorría los pasillos de una tienda, noté una figura que parecía estar de pie en una posición bastante natural. Mi mente, siempre llena de curiosidad, pensó que sería una buena oportunidad para ser amigable y saludar a un desconocido.

Con una sonrisa en mi rostro y mi mano extendida, me acerqué a la figura, lista para estrecharle la mano y hacer un gesto amistoso. Pero, oh sorpresa, cuando mi mano hizo contacto, me di cuenta de que algo no estaba bien. No hubo respuesta, ningún apretón de manos en respuesta al mío.

Fue en ese momento cuando noté que estaba parado frente a un maniquí de la tienda. Sí, me había confundido y extendí mi mano a un objeto inanimado. ¡Qué vergüenza!

Tratando de disimular mi metedura de pata, hice una pequeña reverencia hacia el maniquí, como si estuviera realizando una reverencia teatral. Intenté salir de la situación incómoda con gracia y estilo, como si estuviera saludando a la moda más reciente.

La gente que pasaba cerca me miraba con una mezcla de sorpresa y diversión. Supongo que no todos los días ven a alguien saludando a un maniquí como si fuera una persona real. La situación se volvió tan cómica que incluso algunas personas se detuvieron para ver mi interpretación espontánea de “saludar a un maniquí”.

Desde ese día, aprendí a distinguir claramente entre las personas y los maniquíes antes de intentar entablar una conversación. Ahora, siempre me tomo un momento para evaluar si estoy frente a un ser humano o simplemente frente a una exhibición de moda.

Así que recuerda, amigos, la próxima vez que estés de compras, ten cuidado con esos maniquíes tan realistas y asegúrate de distinguir correctamente entre lo humano y lo inanimado antes de entablar una amistad instantánea.

Espero que esta historia te haya sacado una sonrisa y te haya recordado la importancia de estar atento a nuestro entorno. ¡Hasta la próxima aventura cómica en las tiendas!

Continua con nosotros

Cuentos e Historias.

Más Cuentos e Historias