Calacas fue un adivino de la mitología griega. Se dice que mientras plantaba unas viñas, un vecino le profetizo que no viviría para beber el vino de aquellas uvas. Cuando las frutas maduraron, Calcas lo invito a verlo tomar vino. Al levantar la copa, el vecino repitió su vaticino; esto le provoco a Calacas tal ataque de risa, que se ahogó y murió.