La imagen de un abedul verde y el titulo de plantas medicinales.

La corteza del abedul es diurética y laxante, mientras que las hojas son diuréticas, astringentes y coleréticas. Se emplea en cistitis, pielonefritis, litiasis renal, oliguria. También en reumatismos en general, gota, edemas en pantorrillas y obesidad.

 

Las partes empleadas para elaborar remedios medicinales son:

  • Corteza: betulina, taninos y un heterósido.
  • Hojas: hiperósido, miricitrina, flavonoides, resinas y un ácido esencial con betulinol.
  • Savia: azúcar, minerales, proteínas, ácido tartárico y proteínas.

 

La recolección de la sabia se debe realizar en primavera antes que salgan las hojas, practicando una incisión en la corteza. Mientras que las semillas son aquenios diminutos que se desintegran en otoño e invierno.

 

  1. Mejora las afecciones biliares y baja levemente la fiebre.
  2. Elimina eficazmente el ácido úrico, disuelve las arenillas renales, es depurativa, estimulante estomacal y ligeramente laxante a dosis altas.
  3. La parte interna de la corteza, amarga y astringente, tiene propiedades antipiréticas y se ha utilizado en fiebres intermitentes.
  4. El aceite es adecuado para el tratamiento de la piel, especialmente el eccema y la psoriasis.
  5. En uso externo las hojas de Abedul se emplean para lavar la piel en caso de erupciones, granos, llagas o heridas y en forma de cataplasma contra forúnculos.
  6. Se emplea con frecuencia contra la caída del cabello y con sus ramas se golpean la piel las personas que acuden a depurarse a la sauna.

 

No se le ha encontrado toxicidad alguna y las hojas frescas se pueden comer en ensaladas y la savia mezclada con levadura nos proporciona un saludable vino. Con sus ramas podemos hacer cestas, escobas, cepillos, cubrimientos para tejados y cuerdas y con la elaboración de su aceite protegeremos el cuero.