Cuentos e historias de el odio de un loco enamorado

El amor provoca acciones tan grandiosas como la construcción del Taj Majal; aunque ese maravilloso impulso también podría distorsionarse y provocar actos tan desdichados que solo aparecerían en las noticias insólitas del mundo.

¿Cuántas cosas hacemos por amor? Serán todas ellas con buena intención….

Ameneh era una joven hermosa que tenía muchos sueños, hasta que un día, un muchacho, le lanzo acido a la cara en venganza porque ella lo rechazó cuando le pidió casarse con él.

Imagínate que tu vida cambia drásticamente a causa del odio y despecho de un loco enamorado…

Actualmente, Ameneh ya no es una muchacha guapa, ahora su cara esta hinchada y deforme, y aun con la ayuda médica, perdió la vista, ya que el ácido corrosivo le quemo los ojos y con ello le quemo el alma.

Ameneh hizo apresar a Majid, su agresor, ese muchacho que para vengarse de su rechazo le desfiguró la cara para que nadie quisiera casarse con ella.

En el año 2008, en Irán, país natal de la joven afectada, país donde todavía se aplica la ley del Talion (ojo por ojo) se dictamino que el agresor recibiría como castigo una pena igual al mal que hizo. Por lo tanto, se decretó que se colocaran gotas de ácido en cada ojo de la cara para que quedara ciego al igual que su víctima. Y lo peor es que el verdugo que depositaria el ácido sería nada más y nada menos que Ameneh.

¿Qué harías en el lugar de Ameneh? ¿Aplicarías la ley del Talion?

Pues en contra de la lucha de los abogados de Majid contra el veredicto al que consideraban bárbaro. Se confirmó que la muchacha debía poner el ácido en los ojos de su atacante.

El odio, ante la brutalidad percibida por Majid provoco que Ameneh accediera y además, se comenta que accedió con alegría a ser el verdugo.

¡Pero algo sucedió! Ameneh Bahrami, la víctima del ataque con ácido, la que deseaba fervientemente la venganza, reflexionó en el último minuto y para la sorpresa de muchos, perdono al asqueroso de Majid.

El odio y el deseo de venganza no lograron que ella se convirtiera en la misma persona que Majid y con ello, renuncio a reclamar la ceguera para su atacante antes de que la medida castigadora le fuera aplicada en el hospital.

“Luche durante siete años para conseguir un castigo como ese, pero en el último momento decidí perdonarlo, porque el Sura dice “Tienes que perdonar” declaro Ameneh a la prensa.

Impresionante no creen, que un joven sea tan desgraciado para realizar esa barbaridad. Me deja una sensación de enojo y frustración que dan ganas de golpearlo y dejarlo ciego también. Sin embargo, Ameneh nos enseña que, aunque esos sentimientos existan, no debemos dejar que nos gobiernen. Así que te pregunto.

¿Tú lo perdonarías?