No esperes nunca pago ni compensación por el bien que a otros hagas

Hacer el bien, va acompañado con la intención de ayudar a los demás. Ahora bien, si se hace con otra intención, por ejemplo: sentirse bien o ganarse algún favor, ya no será hacer el bien sino la finalidad suscrita en la intención.

Hacer el bien sin mirar a quien es llanamente ayudar desinteresadamente, incluso con la intención de que el destinatario nunca llegue a saberlo.

Otra forma de decir este refrán viene en los evangelios: “que no sepa tu mano izquierda lo que haga la derecha”.

Pocas cosas hay en la vida más interesantes que dar desinteresadamente.