Esta leyenda corta data de la época de la Inquisición y nos narra la historia de una hermosa mujer mulata que era admirada por sus dones. Cuenta la leyenda, que era una mujer con la piel morena y el pelo rizado que volvía loco a cualquier hombre que la veía, nadie sabía de dónde venía ni quienes eran sus padres.

 

Simplemente la conocían cómo “La Mulata”, algunos decían que la mujer tenía más de 50 años, pero su físico y su cara no lo reflejaban. Al contrario, parecía que con cada mes que pasaba, la mujer se ponía más bella.

 

La Mulata tenía conocimiento de plantas medicinales, muchos acudieron a ella por remedios caseros o de belleza y ella muy amable, siempre respondía a los llamados del pueblo. Poco a poco fue ganando la fama de que todo lo podía lograr con sus plantas y sus consejos.

 

Sin embargo, un día La Mulata fue detenida por el Santo Tribunal y fue acusada de brujería. La razón se dice que fue porque, al ser una mujer de gran belleza, muchas mujeres veracruzanas hicieron correr el rumor de que la joven hacía brujería debido a su herencia africana.

 

Y es entonces, cuando las autoridades del Santo Oficio fueron presionadas por un hombre poderoso despechado, porque la Mulata lo había rechazado. Y la acusaron de darle una poción a un hombre para hacerle perder la cabeza y también de tener relaciones con el diablo. Así que la llevaron a las mazmorras de San Juan de Ulúa, en el puerto de Veracruz, ahí fue sentenciada a morir quemada.

 

Todos los días y durante varias lunas, la Mulata dibujaba un barco en las paredes de su cárcel. Lo captó con tal detalle, que los carceleros admiraban su obra de arte.

 

Una noche un guardia se acercó para ver cómo dibujaba. La Mulata insistente le preguntó qué le hacía falta a su barco. El carcelero ya un poco molesto le contesto que el barco era perfecto, simplemente le faltaba navegar, a lo cuál La Mulata le contesto “Sí tu voluntad es que navegue, que así sea”.

 

La mujer le dio una sonrisa endemoniada y saltó al dibujo que empezó a moverse por las paredes de la prisión hasta perderse en las sombras. No sin antes escucharse por toda la prisión la risa del diablo, cuentan que el carcelero perdió completamente la cabeza y el barco en noches de luna llena, se puede ver navegando cerca de la fortaleza de San Juan Ulúa y las costas de Veracruz.

 

Se dice que, si en algún momento te sientes solo y buscas la ayuda de La Mulata, sólo tienes que estar en un cuarto con un carboncillo mientras dibujas un barco antes del amanecer. Y pedir a La Mulata que escuche tu favor y la leyenda dice que ella se te presentará para cumplir lo que deseas.

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