Tratar de no hacer algo es pensar en ello.

Tratamos de no hacer, pero no paramos de pensar en ello.

Cuantas veces tratamos de no hacer algo, sin embargo, no paramos de pensar en ello.

Es imposible alcanzar, hacer o conseguir algo si no pensamos en ello, pero: ¿qué sucede cuando lo que deseamos conseguir se trata de no pensar en ello?

Nos proponemos a no hacer algo, a dejar de hacerlo y nos decimos a nosotros mismos “No voy a hacer esto”. Sin embargo, es pensar en ello y al pensarlo es como si le diéramos fuerza a hacerlo.

Este es uno de los problemas más frecuentes por el cual no logramos eliminar los vicios de nuestras vidas.

Tratamos y tratamos de no comer pan, de no fumar, de no tomar alcohol. Pero en nuestras mentes nuestros pensamientos nos hostigan constantemente con imágenes, recuerdos y sentimientos asociados a eso que tratamos de evitar.

Pareciera que todo nuestro ser se pusiera en contra nuestra. Orillándonos a sentirnos limitados, vacíos… como si estuviéramos haciendo un sacrificio tan grande, el cual, sobrepasa nuestra fuerza de voluntad.

Lamentablemente este proceder de nuestra mente, al no poder mitigar con nuestros pensamientos negativos, nos hace sentirnos como víctimas. Víctimas de nuestros propósitos y como nadie quiere ser víctima; mucho menos por voluntad propia, llegara el momento en que sucumbamos y abandonemos nuestro propósito.

Pensar en el vacío de dejar algo nos genera una insoportable limitación mental que nos hace sentirnos víctimas.

Trabajar con nuestros pensamientos, por ejemplo, al hacer una dieta. Es tan fundamental como la voluntad física para no romperla. Si estamos todo el día con el sentimiento de limitación, vacío o sacrificio. Vamos a terminar sintiéndonos víctimas y en cualquier momento vamos a caer ante nuestros pensamientos. Así que si deseamos romper con este círculo vicioso. Tenemos que trabajar con nuestros pensamientos de forma constante. Tener a la mano las razones por las cuales estamos realizando ese “sacrificio” y lo que ganaríamos lográndolo.

En vez de pensar en el vacío, piensa en la alegría, el gozó, la liberación que obtendrás al conseguirlo. Recuerda que, si permites a tus pensamientos llevarte al escenario de víctima, seguramente estos van a sabotear tu propósito.

Te comparto la siguiente historia ya que estos pensamientos negativos que nos impiden lograr nuestros objetivos surgen sutil mente y no se perciben de manera consciente. Eso sí, constantemente se dan sus vueltas por nuestra cabeza.